Nuestro encuentro con Mr. Velu

Con Mr. Velu en Ipoh, Malasia
Con Mr. Velu en Ipoh, Malasia

Este es Mr. Velu, un malayo de origen indio dueño del hotel donde nos hospedamos en la ciudad de Ipoh en Malasia. Este hombre amable y cariñoso nos ofreció, de manera completamente desinteresada, llevarnos a conocer su ciudad natal. En casi 3 meses que llevábamos de viaje, habíamos conocido a gente amable, sonriente y siempre dispuesta a ayudar, pero nunca nos habían ofrecido llevarnos de paseo.

Al principio dudamos en aceptar su oferta. Tanto @tortoluis como yo nacimos en un país (Venezuela) donde lo primero que te enseñan, lastimosamente, es a desconfiar de la gente. Sin embargo, quisimos ser fieles a una de las premisas que nos prometimos cumplir en nuestro viaje: abrirnos a la gente y a experiencias nuevas.

No quiero siquiera pensar en todo lo que pudimos perdernos de haber dicho que no. Mr. Velu no solo nos llevó a sitios increíbles a los cuales, sin su ayuda, no hubiésemos podido acceder fácilmente, sino que compartió con nosotros historias sobre su cultura, religión, su familia y forma de vida; y fue eso lo más valioso de nuestro encuentro con él.

Este señor, un completo desconocido, nos abrió su corazón sin pensarlo, nos invitó la comida de todo un día, se rió y se emocionó junto a nosotros y en pocas horas se ganó un lugar en nuestros corazones. Él es, sin duda, una de las mejores cosas que nos han pasado en esta aventura de recorrer el sudeste de Asia. Compartir con un local, ver cómo viven, comer lo que ellos comen y sobre todo, ver en sus rostros la alegría que sienten al mostrarte su país, no tiene precio.

Ais Kacang en Malasia
Ais Kacang, postre malayo que nos invitó a probar el señor Velu

Nos vi a mí y a @tortoluis dentro del coche de Mr. Velu, hablando sin parar, perdiéndonos entre plantaciones de palmas de aceite y conversaciones profundas y me costaba creerlo. Sentimos confianza en todo momento y no nos equivocamos. Seguimos nuestro instinto y nos dejamos guiar por nuestra creencia de que todavía hay mucha gente buena en el mundo y entendimos que confiar en la gente siempre trae recompensas hermosas.

Ese día, mientras recorríamos la ciudad con él, reafirmé mi teoría de que no importa la religión que practiques, las costumbres que tengas o lo diferente que seas, la base del ser humano siempre será el amor. No sabes lo bien que te sentirás con los demás, hasta que lo experimentas. No hay forma más bonita de derribar fronteras que compartiendo honestamente con todo el que puedas. Escuchar al otro te alejará de todo prejuicio.

Hermosas vistas de la ciudad de Ipoh
Hermosas vistas de la ciudad de Ipoh

Aún ahora, cuando han pasado ya meses desde que compartimos con él, su recuerdo sigue intacto, porque cuando viajas puedes ver paisajes increíbles, disfrutar en ciudades mágicas pero lo que más se queda en tu memoria, es la gente que te encuentras.

Gracias, Mr. Velu, por regalarnos uno de los mejores días de todo nuestro viaje.

Kellie's Castle
Ruinas del Kellie’s Castle. Otra de los lugares que visitamos con Mr. Velu

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