Visitar Singapur con bajo presupuesto

Para nadie es un secreto que Singapur es uno de los países más caros del mundo. Sin embargo, cuando se recorre el Sudeste Asiático con bajo presupuesto es casi imposible no visitarlo, ya que está en medio de cualquier ruta natural que se haga por este lado del mundo. Comparte frontera con Malasia y, a pesar de que este último es un país bastante barato, su vecino es casi tan caro como cualquier país de Europa.

Pero siempre existen formas de abaratar costes para lograr visitar un lugar y Singapur no es la excepción. De hecho, este pequeño país tiene algunas ventajas que te ayudarán a que tu presupuesto no se dispare.

He aquí algunas recomendaciones para visitar Singapur con bajo presupuesto:

  1. Llegar a Singapur: volar hasta Singapur puede que no sea muy costoso gracias al gran número de vuelos low cost que existen hoy en día. Sin embargo, si estás haciendo una ruta por el sudeste de Asia, hay una manera aún más barata de llegar y es hacerlo por tierra. Desde varias ciudades de Malasia salen continuamente buses hacia el país. Desde Kuala Lumpur son unas 5 horas de viaje y los buses suelen ser bastante cómodos. Si llegas por vía aérea, puedes tomar el metro desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad; es rápido, cómodo y económico.
  1. Estadía: la mayoría de hoteles en Singapur son costosos pero siempre existen otras opciones. Están los hostels en donde puedes compartir habitación con otros viajeros. Mientras más camas haya en el dormitorio, menos pagarás. Seguramente el precio en un hostel de Singapur será un poco más elevado que en cualquier otro país cercano pero, todo hay que decirlo, los estándares de calidad son mucho más altos en este país. En Singapur todo es mucho más limpio, organizado y cuidado que en el resto de países del sudeste de Asia, por lo que si pagas un poco más, igual notarás la diferencia. Además, una buena táctica es buscar hostales que te incluyan el desayuno, así te ahorrarás una comida y tendrás una cosa menos que organizar. Otras opciones en cuanto a estadía son utilizar Airbnb o hacer Couchsurfing.

Nosotros elegimos uno de los hostales de la cadena 5 FootWayInn y pagamos alrededor de 13,50€ la noche por persona en una habitación compartida de 4 huéspedes, la cual al final, fue prácticamente privada porque nuestras camas estaban separadas de las otras 2 por una puerta. La ubicación no podía ser mejor, justo frente al Chinatown.

Desayuno en el hostal de Singapur
Desayuno en el hostal
Vistas desde el hostal en Singapur
Vistas desde el hostal
  1. Transporte: Singapur es un país pequeñísimo y esto juega mucho en favor de nuestro presupuesto. No necesitarás hacer grandes desplazamientos (algo en lo que suele irse mucha parte del dinero cuando se viaja) y la mayoría de los puntos de interés están concentrados en una misma zona. Tendrás que caminar algunos kilómetros, pero es la mejor manera de conocer cualquier lugar. También está el metro, y aunque no es caro, si lo usas lo menos posible, al final las cuentas cuadrarán más y créeme, en Singapur si algo vale la pena hacer es ¡caminar!
  1. Comida: comer comida local en cualquier país siempre será, no solo la opción más barata, sino la mejor manera de conocer la cultura. En Singapur, comer platos locales es muy económico. En el barrio chino, por ejemplo, hay un food court (de esos que les encantan a los asiáticos ¡y a nosotros!) donde puedes comer por 5 dólares singapurenses. También hay muchos restaurantes del famoso chicken rice o sitios de murtabak que no atacarán a tu bolsillo.
El famoso chicken rice de Singapur
El famoso y barato «chicken rice» de Singapur
  1. Lugares de interés: si bien Singapur está lleno de sitios a los que hay que pagar por entrar (como museos, parques, etc), también está plagado de sitios gratuitos. Los Gardens by the Bay, un sitio de visita obligada, son prácticamente gratuitos, es decir, solo tienes que pagar para acceder a ciertos lugares como los invernaderos “Flower Dome” o “Cloud Forest”. Sin embargo, todo el parque se puede recorrer completamente gratis. Si te gusta la arquitectura, te darás un banquete excepcional sin tener que gastarte ni un centavo; puedes entrar a hoteles, centros comerciales, auditorios de música, atravesar puentes, admirar la bahía y visitar templos. Recuerda que caminar siempre será gratis y es la mejor manera de disfrutar una ciudad.
Espectaculares edificios en los Gardens by the Bay
Espectaculares edificios en los Gardens by the Bay
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El complejo Marina Bay Sands desde los Jardines
Interior del Buddha Tooth Relic Temple
Interior del Buddha Tooth Relic Temple

Si aún te quedan dudas, puedes darte un paseo por la ruta gráfica de Singapur y sus luces y seguro terminarás convenciéndote de cuánto vale la pena visitar este pequeño gran país.

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Ruta gráfica: Singapur y sus luces

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y en Singapur esta premisa se cumple a rajatabla. Es imposible negar lo fotogénico que es este país, y de noche, cuando miles de luces se encienden, brilla aún más. Se hace difícil transmitir la grandeza y belleza de los paisajes, pero hicimos nuestro mejor intento para capturar algunos de los momentos más bonitos de Singapur de noche. 

Skyline de Singapur
Skyline de Singapur

Skyline de Singapur

Gardens by the Bay de noche
Gardens by the Bay de noche
Gardens by the Bay de noche
Los impresionantes edificios «Cloud Forest» y «Flower Dome»
Teatros de la Bahía en Singapur
Teatros de la Bahía

Singapur de noche

Parte del skyline de Singapur
Parte del skyline de Singapur

Parte del skyline de Singapur

Parte del skyline de Singapur
El Museo de Arte y Ciencias al fondo

Parte del skyline de Singapur

Parte del skyline de Singapur
El gran complejo Marina Bay Sands de noche

 

Nota: todas las fotos publicadas en este blog son propiedad de lamochilainfame.com. Si quieres hacer uso de alguna de ellas, por favor, ponte en contacto con nosotros.

 

Singapur: el niño adinerado del Sudeste Asiático

Singapur, ese minúsculo país en medio del Sudeste Asiático que parece un parque temático. O por lo menos así nos sentimos al visitarlo durante unos cuantos días. El territorio está dividido en cinco consejos pero la mayoría de los visitantes se concentran en la Ciudad de Singapur, su capital. Cuando pensamos en ella recordamos por encima de todo, la limpieza de sus calles y la magnitud de sus edificios.

Museo de Arte y Ciencias de Singapur
Museo de Arte y Ciencias de Singapur

Visitar Singapur en el medio de un viaje por los países del sudeste de Asia significa un respiro. Es esa Asia organizada, limpia y ordenada que agrada a todo el mundo. Es un lugar con modernidad a rabiar, en el cual no sabes dónde acaba un edificio y empieza el otro.

Hotel Oasia en Singapur
Rascacielos por doquier
Singapur de noche
Singapur de noche

Puede que su excesiva organización llegue a encandilar o llevarte a pensar que está todo mecanizado. Tal vez gran parte lo esté, pero sigue habiendo esencia. No hay que olvidar que Singapur formó parte de Malasia hasta 1965 y, como el anterior país al que perteneció, está lleno de riqueza cultural y tradiciones.

Barrio Chino de Singapur
Parte del Barrio Chino de Singapur
Little India en Singapur
Colores de Little India

Creemos que la ciudad puede no ser del gusto de todos, especialmente de aquellos que buscan entornos naturales y alejarse del concreto, pero también creemos que vale la pena visitarla y dejarse cautivar por las maravillas hechas por el hombre, las cuales abundan.

Buddha Tooth Relic Temple en Chinatown
Buddha Tooth Relic Temple en Chinatown

Los famosísimos Gardens by the Bay son la mezcla perfecta entre arquitectura moderna, sostenibilidad medioambiental y arte. A través de este paraíso repleto de plantas, flores, insectos, edificios inteligentes y esculturas en forma de árboles que captan y almacenan energía solar, Singapur intenta mostrar una cara más amable, un lugar en el cual respirar aire limpio entre tanto asfalto y construcciones. Estos jardines son una muestra de cuán posible es usar la tecnología de manera responsable y en favor del medioambiente.

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Gardens by the Bay
Orquídeas en los Gardens by the Bay
Orquídeas en los Gardens by the Bay

Singapur es también un lugar imprescindible para entender lo rápido que avanza el mundo estos días y lo peligroso que puede ser llevar un país como si de una gran empresa se tratara, en donde, como ya sabemos, los grandes beneficiados son unos pocos. Como todas las ciudades y países desarrollados, esconde una cara oscura que incluye gobiernos totalitarios, leyes duras en contra de los homosexuales, secretismo bancario, inmigrantes mal pagados y negocios en negro, entre otros. Las multas también abundan, aunque parecieran ser la razón principal por la cual todo marcha tan bien, al menos a simple vista.

Vista nocturna del Hotel Marina Bay y el Museo de Arte y Ciencias
Vista nocturna del Marina Bay Sands que alberga el casino más costoso del mundo

Queda de parte de cada uno elegir cómo leer al país más pequeño del Sudeste Asiático. Es una opción personal querer ver sólo la superficie o profundizar mucho más y cuestionarse, como nosotros, si el camino elegido para convertirse en uno de los países más ricos del mundo es el más legítimo.

Edificio del Cloud Forest en Gardens by the Bay
Edificio del Cloud Forest en Gardens by the Bay

Si quieres ver más fotos de Singapur, puedes visitar nuestra Ruta Gráfica: Singapur y sus luces.

Un paseo por las frutas del Sudeste Asiático

Visitar el Sudeste Asiático y no comer frutas es como no haber estado allí nunca. El trópico es generoso y lo demuestra produciendo cientos de frutas increíbles. Desde Tailandia hasta Filipinas, de este lado del mundo las frutas invaden las calles, los mercados, las playas y los patios traseros de las casas.

Durante nuestro recorrido por los países del sur de Asia, hemos tenido la oportunidad de probar muchas frutas por primera vez, pero también, nos hemos reencontrado con algunas de las frutas tropicales que tanto extrañábamos y con las cuales crecimos en Venezuela.

Las frutas son parte fundamental de la dieta en este lado del mundo. A diferencia de los países europeos, los lugareños parecieran no comerlas porque las saben sanas y buenas para el organismo, sino porque los árboles no dejan de producirlas y aquí, como se hacía antaño, se come lo que la tierra da. Aquí, la gente no busca las frutas sino que ellas te encuentran a ti.

Para nosotros ha sido un verdadero placer encontrar tantos manjares de la naturaleza. Nos maravillamos con la variedad y los sabores tan intensos, y a veces, hasta indescriptibles.

Estas son algunas de las frutas del Sudeste Asiático que hemos probado por primera vez y nos cautivaron, no solo por su sabor, sino por su aspecto.

Rambután

A primera vista, esta fruta enamora. Su estética es insuperable y pareciera sacada de una tienda de diseño. Es de un rojo intenso por fuera, con una especie de hebras que se asemejan a un cabello alborotado. Su piel es más suave de lo que parece y, al contrario de lo que pensamos la primera vez que la vimos, no hace daño al tocarla. Al abrirla, su carne es blanca y firme, jugosa y de sabor ligero pero muy dulce.

Rambután

En Indonesia, los árboles de rambután abundan y se les puede ver muy fácilmente en ciudades y pueblos.

Árbol de rambután

Rambután en racimo
Racimo de rambután
Rambután por dentro
El rambután por dentro

Longan

También se le conoce como «ojo de dragón» por el aspecto que tiene al partirlo a la mitad. Tiene un sabor muy refrescante que nos recordó al melón. La carne es muy parecida en textura a la del rambután. En Venezuela, crecimos comiendo una fruta que se llama mamón (o mamoncillo en otros países latinoamericanos). Al ver el longán inmediatamente nos acordamos de éste a pesar de ser de colores distintos. La textura de su piel y la manera de abrirlo para sacar la carne interior es exactamente igual a la del mamón. Sin embargo, al probarlo notamos que no tienen nada que ver.

Racimo de longán
Racimo de longan
Longan sin piel
El fruto sin la piel
longan u ojo de dragón
Cuando se parte a la mitad parece un «ojo de dragón»

Mangostán

También conocido como mangosteen en inglés o mangostino en Colombia, es la reina de las frutas, o por lo menos eso afirman los tailandeses.  Es, sin duda, una de nuestras favoritas por su sabor intenso, ácido y dulce a la vez. Cuando se abre por la mitad, aparecen unos gajos blancos con una carne muy blandita. No se nos parece a nada que hayamos probado antes. Estéticamente también es muy bonita, ya que su piel es violeta por fuera, pero por dentro es de un rojo intenso que contrasta con lo blanco del fruto.

Mangostán
Así luce por fuera

Mangosteen

Malla de mangostino
Mangostán de Indonesia

Rambai

En aspecto se parece al longan, ambos son redondos, con un color entre amarillo y marrón y vienen en racimos. Sin embargo, sus sabores son completamente opuestos. El sabor nos recordó al de la toronja o pomelo pero más ácido y menos amargo. Es muy refrescante y sabrosa, aunque más vale que no muerdas su semilla ya que su amargor es bastante intenso.

Racimo de rambai

Rambai

Jackfruit

En español se conoce como jaca y es, de todas las que hemos probado, la que más nos ha sorprendido. No sabríamos cómo explicar su sabor, aunque nos atrevemos a decir que sabe a una mezcla de mango, banana y maracuyá. Tiene una carne muy firme, que se puede deshilachar y no es nada jugosa. Se dice que la jackfruit es la fruta más grande del mundo y se pueden llegar a encontrar ejemplares de hasta 50 kilos.

El fruto por fuera es verde y tiene una especie de espinas gordas. Al abrirlo se extraen sus frutos, que son amarillos y muy brillantes. Suele venderse ya pelada y preparada en bandejas, ya que sacar el fruto puede ser muy engorroso.

Jackfruit entera
La fruta entera
Jackfruit
La jackfruit está llena de muchos gajos como este

Snake fruit

Como su nombre en inglés lo indica, esta fruta pareciera estar recubierta de piel de serpiente. Dentro guarda unos gajos amarillentos, con sabor entre ácido y dulce; a veces, nos recordaba un poco al sabor del mango, pero con un fruto mucho más firme y hasta crocante. También se convirtió en una de nuestras favoritas.

Snake fruit

Snake fruit sin piel

Dragon fruit o pitahaya

Aunque la pitahaya ya la había probado en España, solo la comí una vez. Aquí hemos tenido oportunidad de comerla con regularidad ya que se encuentra con muchísima frecuencia. Es, para nosotros, una de las frutas más bonitas que existen, gracias a su piel color fucsia y el contraste que hace con su carne blanca con semillas negras. También se encuentra una variedad que no es blanca sino violeta o fucsia por dentro. El sabor es bastante suave, de hecho, hay algunas que no saben a casi nada, aunque si está bien madura es muy dulce y sabrosa. Recuerda mucho a un kiwi, aunque sin ser ácida.

Pitajaya o dragon fruit

Pitahaya fucsia

Hay otras frutas que hemos encontrado en el sudeste asiático que nos han hecho dar un salto a nuestra infancia en el Caribe. Las comíamos de niños y teníamos mucho tiempo (por no decir años) sin probarlas de nuevo. Es el caso de:

Carambola o star fruit

Una fruta refrescante, ácida y muy fotogénica. Al cortarla tiene forma de estrella, de allí su nombre de star fruit en inglés. También se le conoce como «tamarindo chino» en otros lugares.

Star fruit

Star fruit cortada a la mitad

Ciruela de Java o Java plum

Esta fruta en realidad la conocemos como “uva de playa” en Venezuela. No estamos seguros de su nombre real, pero apenas la vimos la identificamos. La encontramos en un mercado de frutas de Singapur y nunca llegamos a saber con qué nombre se le conoce en estos países. A simple vista parece una aceituna negra, pero es más como una uva. Es ácida y jugosa y tiene la particularidad de teñir la boca de violeta. Su jugo es bastante astringente pero delicioso.

Java plum

Java plum

Custard apple

La custard apple o sugar apple pertenece a la familia del anón y la chirimoya, esa que tanto se consume en España. Todas estas frutas tienen un sabor muy parecido al de la guanábana. Su pulpa es muy cremosa y más que una fruta parece un postre.

Custard apple

Custard apple o chirimoya

Custard apple o chirimoya

Guayaba

Esta es otra de las frutas que nos hizo recordar nuestra vida en el trópico venezolano. La variedad que conocíamos es la de carne color rosa, sin embargo, en Tailandia solo vimos las de pulpa blanca. El sabor es parecido pero la carne es más firme y no tan dulce. Allí la suelen comer cuando no está muy madura, con una mezcla de azúcar y chile en polvo, lo cual me recordó a la mezcla de mango verde con sal tan popular en Venezuela. En Indonesia, por su parte, solo vimos las rojas.

Thai guava

Pink guava

Durián

No podíamos dejar de lado esta fruta tan misteriosa y de la que todos hablan cuando visitan Asia. Es tan particular que decidimos dedicarle un post aparte a este manjar asiático.

Y por último, dos frutas que ya se encuentran en casi cualquier lugar del mundo y que hemos comido infinidad de veces pero que no podíamos dejar por fuera porque son las máximas embajadoras de las frutas tropicales en el mundo: la piña y la papaya o lechosa (escrito también «lechoza»).

Los árboles de papaya abundan en Malasia, Indonesia, etc., y en Tailandia es una fruta muy preciada. No solo la consumen madura sino también cuando está verde, empleándola en uno de los platos más representativos del país: la papaya salad.

Papaya en Tailandia
Lechosa roja tailandesa
Thai papaya salad
Ensalada de papaya verde

Y qué decir de la piña, esa refrescante y diurética fruta, a la cual visten de gala tallándola y haciéndola aún más guapa y provocativa.

Frutas tropicales. Piña o ananás

Esto es solo una muestra de la gran variedad de frutas que hay en el Sudeste Asiático y en el trópico en general. Por supuesto que se quedan muchas por fuera, pero ¡no alcanza el tiempo para probarlas todas!